lunes, 31 de agosto de 2009

Hable con él


No sé si lo soñé, el asunto es que ahí estaba… Eran las tres de la mañana del primer lunes de agosto de este 2009 arrastrado hasta el cansancio. Hasta ahora lo he callado por vergüenza, pensaba que me sucedería lo mismo que a Pablo Longueira cuando habló con Jaime Guzmán y, en efecto, creo que me pasará lo mismo. Tendré que ser valiente y asumir mis poderes extrasensoriales. Además, hay una diferencia: Longueira nunca se autoproclamó médium, yo sí. Pero hay otro matiz, de pedigrí si se quiere: mientras Pablo apenas le alcanzó para conversar con el asesinado senador del gremialismo; yo intercambié visiones con un personaje universal: Honoré Gabriel Riquetti, Conde de Mirabeau.

Sí, me dirán siútico por hablar con muertos de la nobleza europea, saltándome toda la tradición chilensis de parlotear con los pequeños próceres… No está a mi alcance impedir el qué dirán, no estuvo en mis manos optar por la aparición de un personaje más correcto como Salva u otro de la zoología criolla. Respecto de Mirabeau, apenas se fue, le saqué su respectivo Dicom político y apareció con bastantes impagos… Advierto a los lectores: mientras se las daba de republicano ante la Asamblea Nacional, asesoraba a Luis XVI a cambio de sustanciosos honorarios (al final estos menguaron, porque María Antonieta le tenía sangre en el ojo, mientras que la ultraderecha de la corte lo veía como un Sabastián Piñera cualquiera). Se mofaba de los jacobinos, tenía una vida disipada, mejor comer y, pese a los honores que recibió al morir, con el tiempo se supo todo y lo sacaron del Panteón que hospeda a los líderes de la revolución francesa. Pese a las humillaciones, el siglo XIX y el Reino Unido actual, le deben a Mirabeau la conceptualización de la Monarquía Constitucional, engendro que hubiese sido imposible sin el aporte del depravado intelecto de este “atleta del amor” como lo calificó José Ortega. Bueno, aquí va un esbozo de la conversación que tuve con él la madrugada aquella:

-Mauricio, Mauricio ¿Me llamaste?
-Perdón, ¿quién eres a esta hora y con ese olor a azufre? Además tienes una palidez fosforescente que no se ve saludable.
-Es el color que uno toma en el infierno, Nicolo está igual.
-Perdón ¿qué Nicolo?
-El único, el grande Maquiavello. El resto suele ser una lata… Platón es el rey de los lateros.
-No debí sobrepasarme con el tinto, estaba rico, pero ahora estoy con visiones.
-No sobreestimes tu cerebrillo, no es capaz de alucinaciones de esta calidad, lo digo con modestia. Además, tú me llamaste.
-Perdón, cómo que te llamé, además quién eres para estar sentado en mi cama, baja la voz que la MJ podría despertar.
-Pero cómo que no me llamaste, si hace años que invocas mi nombre en tu blog, para que sepas, en el averno no seremos felices, pero tenemos Internet, con libre acceso al xxx, por supuesto. De hecho, algunas páginas las hacemos allá.
-Entonces eres Honoré…, perdón, Conde de Mirabeau, pero ¡qué haces en el infierno!
-Pero, hombre, me alegra que te acuerdes de mis títulos, respecto de mi domicilio, qué querías… Por una parte, mi vida disipada y por otra, a Dios no le gusta el genio político, cree que es algo luciferino… sí, abajo estamos todos, el pobre de Toqueville incluido. Fíjate lo raro: Robespierre, Lenin, Stalin, Mao y el Che están en el limbo purgando, sólo porque Dios dice que “soñaron con un mundo mejor”, calcula la injusticia y los que nos dedicábamos a parar la hemorragia, aquí, friéndonos… Todo porque me dediqué a pasarla bien en lugar de internarme en la selva boliviana como el Guevara ese que no dejó ni una sola línea que valiera la pena… es un burro créeme.
-Bueno, no sé, no soy tan versado en literatura guevariana, pero déjame salir del asombro… ¿A qué viniste?
-Eso lo debieses responder tú, yo estaba entretenido, surfeando en la red en un sitio inspirado en mi querido amigo el marqués de Sade.
-O sea que yo te podría preguntar cualquier cosa, por ejemplo, tus pronósticos políticos para Chile, lo que ves para estos pobres diablos en las elecciones de diciembre…
-Hijo, pero claro, ahora si lo publicarás en tu blog, algo tendrás que pagarle a esta pobre alma, piensa que desde el más allá, en especial desde el infierno, la clarividencia aumenta exponencialmente… Es que entre las brasas de don Sata poco se tiene que perder… Los santos son de una corrección enervante, pues tienen una posición celestial que cuidar…
Continuará….

2 comentarios:

  1. El medium para escabroso,en todo caso Gabriel tenía razón: Si queréis triunfar en este mundo, matad vuestra conciencia.

    Montesquieu y Marat te están esperando en la esquina para puro darle...
    saludos

    ResponderEliminar
  2. Mefistofélica,
    Escabrosos, sí todos lo somos un poco, pero lo sabemos ocultar... Nos gusta pensar que somos progresistas, pero es difícil expulsar a la bestia que habita en nosotros. Tal vez es mejor trabajar con ella, domesticarla, aceptarla, administrarla.

    ResponderEliminar